¡Hola
a todos!
Mi
nombre es Abby Palmer, tengo dieciocho años y hace un tiempo pasé por una
experiencia, demasiado traumática para alguien tan joven, que me marcó
profundamente y provocó en mí un intenso rechazo al futuro que, desde ese
momento, ya no iba a ser el que yo habría elegido y por el que habría luchado.
Un rechazo del que me costó mucho deshacerme para volver a ser yo misma, y
donde el amor, un amor inesperado y que no merecía—o no creía merecer—, tuvo
mucho que ver.
Pero
hoy no vengo a hablaros de mi vida, pues esa parte de mí debéis descubrirla
cada uno de vosotros mismos. Hoy quiero presentaros a Alba Cayuelas, esa
persona que decidió escribir mi historia en un papel y dotarme así de una
realidad que, hasta ese momento, sólo había tenido en el mundo de los sueños.
Alba
es una chica normal, como cualquier otra, a la que le gusta leer, ver películas
y series, que adora los animales y salir a pasear y patinar, y que tiene los
mismos sueños y ambiciones que podría tener cualquier persona, pero con uno en
concreto que siempre ha deseado: ser escritora.
Desde
muy pequeña su pasión por los libros, sobre todo aquellos que, entre sus
páginas, contenían fabulosas fantasías llenas de seres que, en algún sitio —y
de eso estaba segura—, debían ser reales, la llevó a inventar en su cabeza toda
clase de relatos e historias que le habría gustado encontrar en cualquier
libro. Más tarde, en la adolescencia, a sus fantasías se les sumó esa chispa de
amor que ahora le gusta encontrar en cualquier buena lectura.
Sin
embargo, y a pesar de ser su mayor pasión, crear personajes y unirlos con
historias increíbles se quedó, durante muchos años, en un hobby, un pasatiempo
sin aspiraciones de profesionalidad pues, al mismo tiempo, Alba sacó adelante
la carrera de Derecho.
Pero
entonces pasó algo que la hizo reaccionar.
Porque
Alba también es, por encima de cualquier otra cosa, madre y, cuando nació su
pequeña, decidió que no valía la pena perder más horas, más días, más vida en
algo que no disfrutaba realmente, y que era el momento de dedicarse a eso con
lo que siempre había soñado, eso que hacía que el tiempo se le escapara entre
los dedos sin apenas darse cuenta, eso para lo que creía haber nacido:
escribir. Escribió, escribió y escribió hasta que surgió “Esperando al viento”, que
fue publicada en mayo por Ediciones Rosetta. Ni siquiera ella podía imaginarse
que su primera novela fuera a llegar a tanta gente, y que iba a remover y a
hacer sentir tantísimo.
Este
libro contiene los momentos más duros de mi historia, pero también los más
felices. Un pasado y un presente entremezclados que, al final, me hicieron
comprender que el futuro no había desaparecido para mí, y que, incluso después
de una terrible pérdida, se puede llegar a aceptar lo que hay después, aunque
no sea lo que esperabas.
Muchísimas
personas han vivido esta parte de mi vida con la misma intensidad con que Alba
la vivió a nuestro lado, y eso la hizo querer más y más de esa sensación.
Y
así fue como Alba se convirtió en escritora —porque escritor es aquel que escribe,
ni más, ni menos—, un “trabajo” que, para ella, ni siquiera merece esa
denominación, ya que disfruta con cada palabra y con cada frase construida, con
el que veinticuatro horas al día parecen no ser suficientes, y con el que cada
instante dedicado es una auténtica aventura. Un “trabajo” con el que aceptaría
no tener fines de semana ni vacaciones, y que es casi un legado para cuando su
hija crezca. Un placer que, espera, puedan llegar a disfrutar juntas.
Ahora
mismo, Alba está trabajando en sus siguientes historias: una trilogía de corte
fantástico —su género predilecto—, con mucho misterio y aventuras, que se
titulará “HDLM”, y otra novela autoconclusiva new adult que vendrá muy cargada de amor y que llevará por título
“SR”. Está deseando poder contar más detalles sobre ellas, pero, por el
momento, ¡siguen siendo top secret!
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