jueves, 25 de enero de 2018

Kalíope (Musa de la épica, Señora de los naufragios y protagonista de «Fresas para Kalíope») presenta a Jorge del Oro

Kalíope (Musa de la épica, Señora de los naufragios y protagonista de «Fresas para Kalíope») presenta a Jorge del Oro


Siempre eres tú quien habla de mí, de todos quienes poblamos tus historias. Nos presentas, describes y defiendes frente a jueces y viajeros. Hoy seré yo quien hable de ti frente a ellos. Naciste hace ocho lustros y medio bajo el nombre de Jorge del Oro Aragunde. Escribes y dibujas con toda una vida a cuestas de la que sacas ahora un millón de historias para contar. Has navegado mucho entre las aguas de las ciencias y el arte, con la carrera de Biología, los estudios de profesor, la construcción de atrezzo, la artesanía, los instrumentos musicales... Un viaje largo y extraño que da para contar muchas cosas.

Recogiste nuestro pacto, nuestras conversaciones y desvelos a lo largo de una veintena y pico de cuentos cortos, de escenas casi teatrales, de diálogos de madrugada. Y no hablábamos de otra cosa sino de la creación de los mundos que ahora ofreces a quienes quieran leer. Hiciste un libro con nuestras intimidades y lo llamaste «Fresas para Kalíope», en honor al alimento con el que me nutres, a las ofrendas que me haces siempre que puedes. Incluso adornaste las páginas con ilustraciones pintadas sobre papel negro. Tantos honores para festejar la creación de «Nana para Dormir a un Lobo», cuyo primer volumen, “África Austral”, has logrado publicar. 


Tal vez debería ser Hans, el narrador y protagonista de esa epopeya, quien te presentase. Es un muchacho enérgico y decidido, un superviviente que se abre paso en un mundo devastado. Un auténtico aventurero involuntario, de moral inflexible y lealtad lobuna. Pero has querido que lo hiciese yo porque a mí sí me has puesto cara, cuerpo y alma de tu propia mano a través de los dibujos. A fin de cuentas yo los conozco a todos, a los publicados y a los que vendrán justo después. Ahí está el manuscrito de la segunda entrega de «Nana para Dormir a un Lobo», “Europa Central”, en avanzado proceso de escritura. Justo detrás aguardan turno las desventuras de Vasily en «La anomalía Ustinov», la carrera autodestructiva de Miranda en «Southern Blot», un puñado de relatos sin nombre y un par de embriones más que toman forma despacio, fuera de la vista. Esperan también otros tantos cuentos que has escrito para mí; esperan pacientes a que puedas hacer las ilustraciones que has prometido. 

Ni Hans ni yo estaremos solos en la estantería, otros se colocarán pronto a nuestro lado. No estaremos solos como tampoco lo has estado tú nunca. Y ahora es el momento de escribir para que otros dejen de estarlo también.

Nana para dormir a un lobo

Fresas para Kalíope 

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