jueves, 5 de abril de 2018

Manu (El Golfo de Cádiz) y Vicky (La Estrecha de Gibraltar) nos presentan "a su manera" a Lara Smirnov

Manu (El Golfo de Cádiz) y Vicky (La Estrecha de Gibraltar) 
nos presentan "a su manera" a su autora Lara Smirnov

Hoy la entrada de los jueves de autores va a ser algo especial. Ha salido a la venta justo hoy, 5 de Abril, lo nuevo de Lara Smirnov: El Golfo de Cádiz y la Cabo de Buena Esperanza
¿Que no os suena de nada? Pues os pongo en antecedentes porque a mí me enganchó meses antes de que saliera a la venta el primer libro. 

Todo empezó con:






Cuando la formal Victoria acompaña a su amiga a los castings del nuevo reality «Pecado original», no se imagina que ella será la elegida para viajar a una isla del Caribe donde está a punto de empezar el nuevo programa estrella de la temporada. Allí conoce a Manu, un guapo y simpático gaditano que participa en el concurso tras perder una apuesta.





A lo que le siguió:
¿Qué pasaría si juntáramos un lujoso club de golf, una pareja famosa que busca intimidad, el equipo de rodaje de un anuncio y el actor más deseado de Irlanda?
Manu y Victoria —el Golfo de Cádiz y la Estrecha de Gibraltar— están organizando su traslado a Uruguay. Aunque reciben muchas invitaciones para participar en programas de televisión y actos de la farándula, las rechazan todas. Pero cuando un club de golf invita a Manu a ser su imagen a cambio de una tentadora cantidad de dinero, su hermana lo convence para que acepte y así construir un comedor social en el barrio. Y mientras los publicistas ponen en marcha la gran campaña «Golfeando», Manu y Victoria buscan intimidad para disfrutar de los rincones del exclusivo club. ¡Qué empiece el juego! 

Entonces, Lara Smirnov se puso a otras cosas pero Manu no estaba dispuesto a dejarla tranquila:

El verano pasado estaba yo tan tranquila cuando recibí una llamada del Golfo:


—¿Está la Smirnov? Que se ponga.
—¡Eh, hola, Manu! Qué sorpresa, ¿cómo te va?
—No te hagas la buena gente ahora que eres muy malaje, Smirnov.
—¡Pero Manu! ¿Qué te pasa?
—¿Qué me pasa, quilla? Te parecerá bonito dejarme así… más colgao que un jamón de Trevélez.
—Pe… pero…
—Ni pero, ni manzano, ni coco loco, ¡contento me tienes, Smirnov!
—No te pongas así… Hablemos como gente civilizada.
—¡No me da la real gana! Aquí todos van pasando y van teniendo sus bodas a lo Mamma Mia y sus cositas. Y el Golfo, ¿qué? ¡Esto es discriminación, Smirnov! Deja el vodka y dale al fino un rato a ver si te inspiras y nos das a Vicky a mí el final que nos merecemos.
—No, si el final siempre lo he tenido en la cabeza.
—Pero qué cuajo tiene la tía malaje…
—¿Qué murmuras, Golfo?
—¡Esto es un ultimátum, Smirnov! O te dejas de skaters, de cocineros y de pescadores o tú y yo vamos a tener una conversación muy calentita.
—Golfo, no me provoques, que ya vengo yo calentita de serie. 
—¡Lo dicho! ¡A escribir! ¡Y quiero boda!
—¿A lo Mamma Mia?... ¿Manu? ¿Por qué te muerdes el puño?
—¡Quiero una boda a la gaditana, quilla! ¿Dónde vas a encontrar más arte?
—Mmmm, veré lo que puedo hacer, pero igual te complico la vida un poco antes…
—¿Un poco? Smirnov, no me gusta nada esa sonrisilla psicópata, que lo sepas. Smirnooooov, esto no quedará así. ¡Volveré!


—¿Está la Smirnov? Que se ponga.
—Hombre Vicky, ¿qué tal? ¿Cómo te va?
—¡Ya me dijo el judas de Manu que eras una cínica, Smirnov!
—¡Eh, eh, no empecemos a poner nombrecitos!
—¿Ah, no? ¿Y por qué no? ¿Es que eres la única que puede ponerle nombrecitos a la gente? ¡Porque mira que llamarme la Estrecha de Gibraltar! Te quedaste a gusto, ¿no?
—Vicky, no te alteres. Sabes que fue un apodo que te pusieron en el concurso, yo no tuve nada que ver.
—¡Que no me altere! Y cómo quieres que no me altere. Manu te pide que nos escribas un bonito final, con una boda gaditana, con palomas y…
—¡Ah, no! ¡De palomas que no me hablen que voy a buscar un kilo de arroz y una pistola de perdigones y la liamos!
—¿Smirnov? ¿Estás bien?
—Yo, sí, perfectamente. Es la loca de la Rivendel que le ha quedado un trauma con las palomas, no sé qué de su exmarido y otros animales.
—No me líes, Smirnov. ¿Me quieres contar por qué has tenido que crear a una cabo sudafricana clavadita a Charlize Theron? ¡Eso es mala leche!
—A ver, tú eres clavadita a Ximena Navarrete, que fue miss Universo. El listón estaba muy alto. Si hubiera puesto a una cabo que fuera igual que Gracita Morales nadie se habría creído que el Golfo se fijara en ella. Además, te lo compensé. ¿Te quejarás del embajador que te busqué?... ¿Vicky? ¿Te has quedado sin voz?
—Ejem. Uff, Alejandro… Alejandro es un hombre… muy especial.
—Ya te digo. Si no lo quieres, nos lo pasas. Las lectoras y yo lo cuidamos.
—Pero, Smirnov… Las cosas entre Manu y yo acabarán bien, ¿no? Somos el Golfo de Cádiz y la Estrecha de Gibraltar. No podemos acabar separados por un océano. Para cosas tristes ya está la vida.
—A ver, Vicky, no me pidas que haga spoilers. Las lectoras están a punto de leer la historia. Espérate a que la acaben y luego lo hablamos, ¿vale?
—Es que me dijo Manu que no me fiara de ti, que eras una psicópata.
—¿De quién te fías más, de un Golfo desorejao o de tu creadora?
—¿De ninguno de los dos?
—Anda, que has sacao el gen sieso de tu padre el embajador inglés, bonita. ¡Dejadme tranquila un rato, que estoy escribiendo la novela valenciana!
—Ah, pues recuerdos a Dani.
—¿Conoces a Dani?
—Claro, es el Mazao de la Albufera.
—Ah, ese Dani. No lo he visto. Estoy con otra Dani. Esta es futbolista y…
—Smirnov, te tengo que dejar. Tengo una reunión.
—Eso, a ver si arreglas un poco el planeta, que está hecho un asco.
—Haré lo que pueda. Y tú… ¡arregla el final!
—Haré lo que pueda.
—Ñi, ñi, ñi.


Ella es Eva De Boer, cabo de una fragata sudafricana. Cuando se queda embarazada, baja a tierra, en Cádiz, buscando un padre para su grumete. En el bar se encuentra a un grupo de amigos. Uno de ellos, el más guapo, le llama la atención. Hija de un predicador protestante, no le gusta que Manu sea tan católico, pero bueno... ¡ya lo cambiará!

Y claro, pues después de todo esto.... aquí llega lo nuevo:



Cuando una rubia militar sudafricana se planta en casa de Manu —más conocido como el Golfo de Cádiz— con un bombo de varios meses, las cosas entre él y Victoria —la Estrecha de Gibraltar— se complican. Entiende que Manu tuviera vida social antes de conocerla, pero lo que no le encaja es que rompa con ella para casarse con una auténtica desconocida. Con el corazón destrozado, Victoria cruza el Atlántico para iniciar su carrera como diplomática en Uruguay.

¿Cómo será la relación entre el espontáneo y católico carpintero y la cuadriculada protestante Cabo de Buena Esperanza, llamada así por su rango militar y por… ciertas razones de peso? ¿Qué conflictos diplomáticos esperan a Vicky en tierras americanas? ¿Será capaz Manu de enderezar una situación que parece imposible de arreglar sin más armas que su arte gaditano?


Yo os lo recomiendo. Lo podéis comprar aquí

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