La primera novela de detectives fue "La Piedra Lunar" de Wilkie Collins, publicada en 1868. Se trata de uno de los mejores clásicos de la literatura policial del siglo XIX, y fue escrita antes de que se publicara el famoso Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle.
Un
precioso diamante de color cambiante conocido como la Piedra Lunar es
robado de la estatua de un dios hindú por un oficial inglés, pese a la
maldición que protege la piedra. Años más tarde, su sobrina, una joven
adinerada de la sociedad victoriana, hereda la joya por su cumpleaños.
Pero la piedra no viaja sola. Tres hindúes siguen sus pasos para
recuperar la piedra sagrada. Cuando desaparece el fabuloso diamante
todos los sospechosos parecen tener una coartada. Ni siquiera la joven
propietaria del diamante quiere decir quien fue la última persona que lo
tuvo en sus manos. Su novio llama al famoso Sargento Cuff para resolver
el caso, pero deberán desentrañar una serie de mentiras y recordar
sucesos ya olvidados antes de encontrar el camino que los lleve a
recuperar el diamante.
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