miércoles, 10 de abril de 2019

Recomendación del mes de Marzo y Abril: Bilogía de Ariel de Rachel Bels

El mes pasado se ve que se me pasó publicar la entrada, así que este mes la voy a hacer conjunta.

Por lo que os voy a recomendar la bilogía de Ariel de Rachel Bels.


Érase una vez, una princesa valiente...





Espera un momento! ¿Princesa? ¿Valiente? ¿Acaso es un chiste? Si lo es, reconozco que tiene gracia, porque ni soy princesa, ni mucho menos valiente. Aclarado este punto, ya me puedo presentar. Me llamo Ariel, tengo veintiocho años y vivo en Tenerife; aunque en realidad soy de Fuerteventura, donde me crió mi madre sola y lo mejor que pudo, teniendo en cuenta que mi padre estaba más bien ausente. 




En cuanto a mi vida hay poco que contar, cuando no estoy surfeando es la música la que absorbe mi tiempo. Soy la vocalista de Cantos de sirena, el grupo que formé junto a mi mejor amigo Sebas hace ya ocho años. Él es el que mejor me conoce, incluyendo la peor parte de mí, esa que me esfuerzo por olvidar utilizando para ello el surf, la música, o en su defecto el sexo. «Evadir» es mi segundo nombre, de ahí la razón de que esté como estoy, 
es decir, jodida; y la causa de que la doctora Marín me animara, después de siete meses de terapia, a usar un diario con la intención de enfrentarme a todo eso que me he empeñado por relegar a un rincón de mi mente. 




Y por si no tuviera suficiente con esto, aparece Eric, haciendo una entrada que no podría dejar indiferente a nadie; a nadie que estuviera en ese momento, ese día y ese mes de ese año en esa playa. Tenía que haber huido antes tal y como tenía pensado, claramente lo hice demasiado tarde, después de que sus mágicos ojos verdes me encontraran, pero entonces ya no hubo vuelta atrás, y por mucho que saliera corriendo un abismo ya se había abierto bajo mis pies.



Érase una vez, una princesa valiente...



¿Qué hago después de que mi mejor amigo me dé un ultimátum y Eric desaparezca tras descubrir la peor parte de mí? Huir. Marcharme a Fuerteventura y comenzar una nueva vida. Nuevo hogar, nuevo trabajo, nuevos amigos. El propósito inicial de este viaje es tomar una decisión al respecto de todo lo ocurrido, aunque sin prisa, logrando en estos casi tres meses hacer incluso callar a Úrsula. Pero irme a vivir a casa de mamá tiene un hándicap, que te obliga a ver todo eso que no quieres, empujándote sí o sí de vuelta a casa (a la de verdad), porque al parecer no hago más que dar palos de ciego y mi lugar no está en esta isla.


La vuelta a Tenerife no se me presenta nada fácil, pero tras una reveladora conversación con mi madre, decido que va a suponer un antes y un después y que, por primera vez, voy a empezar a hacer las cosas bien. Y, para ello, hay dos personas con las que necesito hablar: Eric, del que no he sabido nada desde que encontré ese sobre en el buzón de mi casa y Sebas, al que he ignorado intencionadamente durante estos últimos meses. Además, Cantos de sirena está a punto de disolverse y hace falta tomar una decisión al respecto. Todo esto requiere de mí que haga eso que tan poco me gusta hacer: enfrentar.


Muchas cosas van a suceder, pero, probablemente, el suceso más importante de esta etapa de mi vida será un viaje que me veré obligada a hacer que, para bien o para mal, lo cambiará todo para siempre.

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