Lo estaba poniendo en la lista de lecturas, pero lo he comenzado ya realmente.
Chica y chico se conocen, se besan, se enamoran ―no necesariamente en ese orden― se separan y, tras aclarar el malentendido, son felices para siempre.
―No creo que funcione así con nosotros, Aaron.
―Me temo que no, Violet, y eso que el inicio de nuestra historia es tan…
Violet y Aaron se conocen una noche en la puerta de un pub de París. Comparten acera. Y algo más. Sin embargo…
―Yo quiero estudiar Arte, pintar. Amo los colores. Mi sueño está aquí. No tengo intención de volver a EE. UU.
―Y mi vida, bastante gris, por cierto, está en Albany, donde debo enfrentarme a la quiebra de la empresa familiar.
―Vaya, panorama. Lo lamento, Aaron.
―Puestos a lamentar… ¿Crees que…?
―¿Nos veremos de nuevo?
―¿Qué posibilidades hay?
Muchas más de las que ellos piensan. Y cuando vuelvan a encontrarse, aunque no lo parezca ―y ellos no lo sepan― lo tendrán todo en contra.
―Aaron… Escribe la historia en mi memoria.
―Pero no escribas nunca el final.
―No quiero que termine…
―Ni yo…
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