Se publicó hace unos 10 días y me ha salido por casualidad. La portada me parece la de una película navideña y la sinopsis también.
Estas Navidades caerás en buenas manos…
El trabajo de Cassandra Evans es un sinvivir. Ella insiste en que lo adora, pero tras un burnout en toda regla, por recomendación de su psicóloga (y obligada por sus padres y su mejor amiga), nuestra querida publicista se coge unas vacaciones. En vez de en Chicago, pasará las Navidades en Williamsburg, Virginia, una antigua ciudad colonial a la que van muchos estadounidenses a desconectar. ¡Pero ella no quiere estar allí! Necesita sacar adelante la cuenta Libber como sea, y no está dispuesta a dejar que nada ni nadie se interponga en su camino. Hasta el día 23 de diciembre, cuando sus padres y su amiga se presenten allí, tendrá tiempo de sobra.
¡A trabajar se ha dicho!
No obstante, un golpe de suerte (y nunca mejor dicho) hará que conozca a Luke Wright, un ebanista taciturno y cabezota, pero también muy sexi. Al principio, la cosa no termina de cuajar, más que nada porque Luke odia a los turistas y cree que Cassie es una estirada de la gran ciudad. Además, él está muy bien soltero. Sin embargo, por una serie de casualidades del destino (y gracias a Sam, un recepcionista y colega que se deja la piel gastándoselas de carabina), sus destinos se encontrarán y no les quedará otra que pasar las fiestas juntos.
Al fin y al cabo, Cassie se ha cogido las vacaciones para descansar, ¿no es así? Y qué mejor manera de hacerlo que en manos de un buen artesano…
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