Hace bastante que quiero leer esta trilogía. No sé cuando podré leerla, pero la anoto en mi lista de lecturas.
Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor.
Engánchate a la saga que ha cautivado a miles de lectores.
Vivir en una familia cargada de secretos no es fácil. O al menos eso es lo que piensa Gwendolyn Sheperd. Y es que en su casa nada ni nadie es del todo «normal»: empezando por su excéntrica tía abuela, pasando por la misteriosa Lucy, que se escapó de casa hace diecisiete años sin dejar rastro... y, para acabar, también está Charlotte, su encantadora y rabiosamente perfecta prima, quien, según parece, ha heredado un extraño gen familiar que le permitirá viajar en el tiempo.
Pero un día Gwen se encuentra de pronto en el Londres del penúltimo cambio de siglo y comprende que el mayor secreto de su familia es ¡ella misma! Para protegerla, su madre trató de ocultarle todas las pruebas, pero en realidad ella es la última viajera en el tiempo y tiene una importante misión que cumplir. Ahora Gwen está en el ojo del huracán y parece que todo el mundo tiene un montón de advertencias que hacerle. En cambio, nadie va a decirle lo más importante: es mejor no enamorarse mientras se viaja de una época a otra, porque eso puede complicar terriblemente las cosas...
Como cualquier otro día, regresé pronto a casa al salir del instituto. Mi tía se había quedado sin sus dulces favoritos y me ofrecí para ir a la tienda a comprar más. Pero de camino empecé a sentir algo muy extraño: las piernas me temblaban y tuve una sensación rara en el estómago.
De repente, la calle desapareció ante mis ojos. Poco después reapareció, pero muchas cosas eran diferentes. Había vuelto al pasado.
Me llamo Gwen y soy la última viajera en el tiempo. Así empieza la aventura de mi vida...
Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor.
Sigue la grandiosa aventura de Gideon y Gwen: un torbellino de sentimientos que arrastra a los protagonistas a través de los siglos.
Gwen vive en una nube... ¡con Gideon!, aunque sabe bien que el amor entre dos viajeros en el tiempo puede deparar sorpresas traicioneras. Por suerte, tiene muy buenos consejeros: su mejor amiga, Leslie, su compinche, James el fantasma, y Xemerius, una gárgola que se mete en bastantes líos.
Además, Gwen y Gideon tienen importantes problemas de los que ocuparse... Por ejemplo, salvar el mundo. O aprender a bailar un minué (algo nada fácil). Sin embargo, ambos deberán entender que el amor debe pasar por delante de lo demás, sobre todo cuando caigan en las redes del conde de Saint Germain...
Todo había empezado con aquel beso. Gideon de Villiers me había besado a mí: Gwendolyn Sheperd.
Naturalmente, debería haberme preguntado por qué se le habría ocurrido aquella idea de una forma tan repentina y en unas circunstancias tan extrañas, escondidos en un confesionario y todavía sin aliento tras una persecución de película por medio Londres. Pero el hecho era que en aquel momento yo no pensaba absolutamente en nada, aparte quizá de que no quería que el beso acabara nunca. Por eso tampoco fui del todo consciente del tirón que sentí en el vientre ni me di cuenta de que entre tanto habíamos vuelto a saltar en el tiempo...
Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor.
Llega el desenlace de esta grandiosa aventura: un torbellino de sentimientos que arrastra a Gideon y Gwen a través de los siglos.
¿Qué se puede hacer cuando te han roto el corazón? Sin duda, la mejor terapia consiste en telefonear a tu mejor amiga, comer chocolate y hundirte durante semanas en la autocompasión. Lo malo es que la última viajera en el tiempo, Gwendolyn, tiene que emplear sus energías en cosas muy distintas; por ejemplo, sobrevivir. Porque los hilos que ha tejido el turbio conde de Saint Germain en el pasado se tensan ya para urdir una peligrosa red también en el presente.
Con el objetivo de desvelar las intenciones secretas del Conde, Gwendolyn y Gideon -olvidando por un momento sus penas de amor- no solo deben bailar un minué en una esplendorosa fiesta en el siglo XVIII, sino también lanzarse a vivir increíbles aventuras que les llevarán más allá de las fronteras del tiempo...
«¿No podríamos seguir siendo amigos?» Seguro que muere un hada cada vez que en algún lugar del mundo se pronuncia esta pregunta...
Pero el perfectísimo Gideon de Villiers -a quien Xemerius prefiere llamar «el innombrable»- no tiene suficiente sensibilidad ni para pensar en las hadas ni para dejar de pisotear mi corazoncito. Si no fuera porque cuando le miro se me corta la respiración y me tiemblan las piernas, le hubiese soltado un bofetón que le habría mandado directo al siglo XIX sin necesidad de cronógrafo# Aunque, en lugar de hacer eso, solo le fulminé con la mirada y me alejé. Al fin y al cabo, éramos los dos últimos viajeros en el tiempo y en pocas horas saltaríamos juntos a 1782 con una misión a vida o muerte...
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