Todo escritor tiene un sitio donde por una cosa o por otra pasa muchas horas al cabo del día o se inspira más que en otro lado. Hay quien lo hace sentado en el escritorio que tiene en casa. Pues bien, yo aún no me he conseguido sentarme en mi escritorio a escribir algo decente. La inspiración me viene en otros sitios, sobre todo observando a la gente. Suelo escribir mucho en el bar donde desayuno y como todos los días, en los ratos libres del trabajo o en los viajes en autobús por la ciudad. ¿A vosotros no os pasa?
Según he leído en entrevistas de varios escritores o en los agradecimientos de los libros, no soy la única que escribe en algún bar o cafetería. Pues bien, aquí os dejo mi rinconcito particular dónde mi imaginación se deja llevar a parajes insospechados.
Si aún no tienes un sitio especial... búscalo.
Puede que sea el sitio en el que pasas muchas horas del día, o un sitio al que te escapas los fines de semana. Puede ser la mesa de tu casa, una playa, una mesa en una biblioteca, el asiento de un autobús o del metro, la cafetería que frecuentas, un parque o incluso por qué no, el cuarto de baño. Mucha gente se inspira cuando está sentada en el baño.
Aprovecha los momentos de relax tanto para leer, como para escribir, como para pararte a dejar la mente en blanco y desconectar un poco de tu vida diaria. A todos nos hace falta de vez en cuando ratos de desconexión para que la vida no nos agobie demasiado.
Vive y disfruta de los pequeños momentos!
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