Reseña de "El gato con botas"
Sinopsis
El reparto de la herencia de un sencillo molinero no dejó a su hijo Benjamín más que el gato del granero. Decepcionado, el hijo consideró comérselo para no morir de hambre, pero el gato resultó estar lleno de recursos, y le dijo: «No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis». El hijo del molinero no pensó mucho en ello y decidió seguirle la corriente. El gato, galantemente calzado, con la bolsa atada al cuello, se encaminó inmediatamente a una conejera cercana y cazó un conejo. Así puso su gran plan en marcha, yendo al palacio y presentando su caza al rey:
«He aquí, Majestad, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte». Con el regalo de un par de perdices y otros obsequios, siempre de parte del Marqués de Carabás, el gato con botas estuvo pronto en disposición de saber cuándo el rey y su hermosa hija pasearían por la ribera del río:
«Si seguís mi consejo podréis hacer fortuna —le dijo el gato a su amo—; no tenéis más que meteros en el río en el lugar que yo os indique y después dejadme actuar».
Así siguió el famoso momento, el giro en la fábula, en la que el gato gritaba «¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Qué se ahoga el Marqués de Carabás!» De esta forma, el hijo del molinero, desnudo, fue envuelto en ropajes regios y subido al coche de caballos del propio rey, revelándose la fábula con el aplomo y divertido ingenio característicos de Perrault. El gato se adelantó entonces a la comitiva real y se dirigió a las tierras de un poderoso ogro.
A los campesinos que estaban trabajando en ellas les dijo: «Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín». Cuando el carruaje del rey pasó junto a los campesinos y Su Majestad preguntó quién era el dueño de aquellas tierras, todos ellos respondieron: «Son del señor Marqués de Carabás».
Mientras tanto el gato llegó al palacio del ogro y pidió audiencia. Los guardias, desconcertados por la apariencia del gato parlante, abrieron la puerta inmediatamente y le llevaron ante su señor.
Cuando estuvieron sentados, el gato le dijo: «Me han asegurado que vos teníais el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante». Halagado, el ogro le dijo que era cierto, y se transformó en el acto en un rugiente león para demostrar sus habilidades. El gato le retó entonces a transformarse en un animal muy pequeño, «en un ratón, en una rata». Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro respondió convirtiéndose en ratón, pero tan pronto como lo hizo el gato lo tomó por la cola y se lo tragó entero.
Entonces reclamó el palacio del ogro como hogar para el recién nombrado Marqués y recibió al rey con su hija. Al final el Marqués consigue a la princesa, y «el gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras los ratones sino para divertirse».
Opinión personal
Comentar lo primero que las ilustraciones no han sido lo que esperaba tras haber visto la portada. Tras pasar la portada nos encontramos con un gato que nada se parece y en un tono rosa, que de pronto va vestido, luego desnudo sin zapatos y en la siguiente imagen desnudo solo con las botas. Es bastante confuso, la verdad.
La historia es bastante conocida hayas leído o no el cuento alguna vez. La sinopsis es mucho más extensa de lo que es este cuento infantil, que te lo cuenta todo muy resumido sin nombres siquiera y con pocas escenas.
No es para nada lo que me esperaba cuando empecé a leerlo y no merece la pena.
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