De momento solo me he apuntado a una de embajadores de libros y aún no sé si voy a poder leerla en este mes:
¿Quién iba a pensar que hay vida después de la muerte?
Como premio por haber sido una buena persona durante su vida mortal, el Cielo la convierte en una luz blanca y la destina a trabajar en el Limbo, seleccionando almas para el Día del Juicio Final. Allí conoce a Sameveel, eldemonio que trabaja al servicio del Infierno.
Y su plan de descansar en paz por el resto de la eternidad se desvanece en cuanto una descarga eléctrica recorre su cuerpo cada vez que se rozan, cada vez que sueñan despiertos, cada vez que un rizo tapa sus ojos negros con esa extraña pigmentación azul en el borde del iris, cada vez que nota en la palma de la mano los rápidos latidos de su corazón.
Pero confraternizar de ese modo con el enemigo está prohibido.
(Finalmente no lo he podido leer)
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