Reseña de "La canción más larga del mundo: Un cuento de Navidad" de Laura Blanco Villalba

Reseña de "La canción más larga del mundo: Un cuento de Navidad" de Laura Blanco Villalba

Sinopsis

En la Navidad de 1992, una niña huérfana llamada Nata enfurece por accidente a la Suerte. Se verá envuelta en una aventura que la llevará a distintos lugares de Europa y al Palacio Estocástico, el lugar donde mora la Suerte, para devolver los números al gran Orbe de las Matemáticas. En su periplo hará nuevos amigos y conocerá personajes sorprendentes.

Biografía de la autora

¡Hola!, me llamo Laura. 

Soy una escritora amateur que vive y sueña en Madrid. Tengo dos niños pequeños y mucho menos tiempo para escribir del que me gustaría, así que a menudo lo hago en formato breve. 

Acabo de terminar una novela. Fantasía costumbrista, unas 100.000 palabras. En cuanto termine de editarla, verá la luz ;)

Opinión personal

Me llamó la atención el título y la portada, aunque por la sinopsis no sabía muy bien que iba a encontrar. 

Está dividida en tres partes y ambientada en Madrid en la Navidad de 1992, en el día 21 de Diciembre concretamente. Aunque también aparecen otras localizaciones, la principal es la sala de la lotería de Navidad. 

Narrada en tercera persona, Natalia es un niña de 9 años huérfana del colegio San Ildefonso que piensa que tiene muy mala suerte. Su hermano Marcos de 19 años pasa con ella ese día donde ella vivirá muchas aventuras por culpa de la otra protagonista, la Suerte. 

He de decir que esta historia es para tomársela con mucho humor, con mucha fantasía y sin grandes expectativas, porque esta orientada a mayores de 35 años para entender la forma de vida de aquel entonces y muchas de las referencias que se indican: los chupetes de colores de la suerte, por ejemplo. 

La única referencia a la actualidad de la novela que he visto ha sido la de Perry, el ornitorrinco. 

A mí me ha gustado, pero no la recomendaría para todos el mundo. Si recuerdas con cariño la fecha, te gusta la lotería de Navidad, la fantasía y el humor, sí. Si no conociste los teléfonos de rueda y no tuviste que marcar nunca uno de ellos para poder llamar, abstente de leerla.