Entrevistas del PLA: La olvidada, Agua y La Caída de Aquilae de Claudio Hernández

El entrevistado de hoy es Claudio Hernández con sus tres novelas que presenta al PLA: La olvidada, Agua y La Caída de Aquilae.

Ante todo muchas gracias por contestar a mis preguntas para la entrada en el blog. Será una entrevista breve.

¿Has tardado mucho en escribir las novelas? ¿Qué tal fue el proceso?

Tardo una semana o dos, como mucho. Soy un escritor compulsivo, y las ideas se van plasmando en la pantalla por sí solas, no lo puedo remediar. El proceso fue como los nubarrones que van apareciendo por el cielo y de pronto la ventisca lo va arrasando todo, colmando la furia de la Naturaleza por hacerse presente: así es mi inspiración, intempestiva, y así se fue desarrollando la historia de AGUA, de OLVIDADA y LA CAÍDA DE AQUILAE.

¿Qué nos puedes contar de las novelas que presentas al Premio Literario?

Novelas, porque son tres. Son desgarradoras. La tensión que se va generando en los capítulos no puede por menos que atraparte y envolverte en sus garras. Son impactantes, porque todo lo que ocurre no nace de mentes normales y tranquilas, sino de las entrañas de seres perturbados, enloquecidos, presas de sus demonios internos.

Cuéntanos algo de ellas que nos deje la miel en los labios y haga que vayamos todos directos a leerlas.

AGUA: Como avance, en una de las escenas aparece un marido forzando a su mujer, pero después se pinta los labios y se mira al espejo escondiendo sus partes…

OLVIDADA: En una escena, una mujer siente la presencia de alguien en un oscuro callejón. Es una prostituta, y para el asesino que la persigue, es su afición: acabar con todas ellas.

Por último, ¿las novelas son autoconclusivas, únicas, partes de una saga, trilogía…?

Son autoconclusivas. Son historias con principio y fin.

Sinopsis

LA OLVIDADA

En 1888 los callejones de Londres estaban más oscuros que nunca. Concretamente todo sucedió en el barrio de Whitechapel. Las víctimas, todas ellas mujeres de la "alegría" fueron degolladas, mutiladas, con múltiples extirpaciones y la desfiguración del rostro y de unos ojos que nunca más vieron la mezquina luz de la luna, ni la locura del asesino o asesina. En cualquier caso se le llamó pronto: Jack el Destripador o Jack the Ripper. Se le atribuyen cinco crímenes horribles y se teme que fueron más, pero lo más desconcertante de todo es que hasta hoy, nadie ha descubierto el rostro de Jack. Ahora, ella, Shasia, una descendiente de Jack y casi dos siglos después, recuerda cosas horribles que nunca hizo, ¿o es Jack, su ascendente, quien se ha introducido en su mente regresando otra vez? O quizá no.

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AGUA

Le llamaban "Coñingan" por su peculiar forma de resolver los casos de asesinos en serie. El detective Sean Rickman no tenía poderes ni un don con el cual poder ver el rostro del asesino, pero tenía una buena intuición y una inteligencia muy superior a la de los demás. Sin embargo, en el otoño de 2020, en medio de una pandemia y grandes tormentas, había un asesino que le tomaba la delantera. Tanto, que el detective era incapaz de buscar cualquier teoría o hipótesis a medida que los cuerpos aparecían ahogados en los riachuelos, cerca del frondoso bosque de Maine. Un asesino, con un poder mental y una oscura forma de pensar que nadie antes había mostrado, conocía todos los pasos de Rickman, por delante del detective que nunca se resfriaba. ¿Quién era capaz de matar a mujeres jóvenes sin dejar huella alguna, a pesar de ensañarse con ellas? ¿Qué poder mental tenía el asesino que superaba toda inteligencia humana? Y es que siempre los asesinos en serie son más inteligentes de lo que todos pensamos. Al asesino le habían apodado "AGUA"

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LA CAÍDA DE AQUILAE

El Imperio Romano en Águilas

El Águila romana (en latín: aquila) era un símbolo de las legiones romanas, el más importante si cabe. Era su bandera de poder. Y así, tras la caída de una Cartagena púnica que estaba en manos de los romanos en el año 209 antes de Cristo, la costa de la ciudad de Águilas empieza a tener una cierta relevancia que hasta ese momento no había conocido. Inisio, el capitán de una legión, es poderoso y malvado, pero sus ojos cambian cuando ve a Sisha, una pobre mujer que trabaja en la elaboración de salazones. Ella queda también encumbrada por los ojos del romano. Y mientras, entre ellos crece el fuego, Águilas le debe el nombre a los poderosos romanos. Esta civilización bautizó el cerro en el que construyeron una primera atalaya con el nombre de Aquilae, curiosamente proveniente del latino. Inisio empieza a acercarse a esa pobre mujer que es cristiana y todo fluye bajo la mezquina luz de la luna, viviendo en un pecado terrible para los romanos. Pero los romanos son castigados por los ataques de los vándalos, una de las tribus del Norte de Europa que entran en la Península Ibérica. Y mientras todo se desmorona y el amor entre Inisio y Sisha crece, dos águilas se posan en el Castillo que después, a través de los siglos, conoce la cultura de los fenicios, íberos y árabes... Pero, algo perdura a través del tiempo de esta leyenda de amor imposible...

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